¿Es hecho a mano todo lo que reluce?
No, no es hecho a mano cuando para hacerlo tienes que trabajar como una máquina. Eso en realidad es un trabajo mecanizado o en serie al que se ha querido disfrazar con la humanizadora etiqueta de “hecho a mano”, pero no nos engañemos, sigue siendo una forma industrial de producir.
Puede que aun siendo un ser humano estés trabajando como una máquina para otro o para ti mismx, y en realidad no sé cuál de las dos situaciones es más jodida; Que sea otro, el que sin ni si quiera ponerse en tu lugar, te deshumanice y explote, o que lo hagas tu mismx siendo el/la que sufre las consecuencias de esta forma de producir.
Trabajar como una máquina desvirtúa por completo el significado de lo hecho a mano. Que en el proceso de producción intervengan las manos de una persona, no lo convierte en algo hecho a mano, en realidad lo que estás haciendo es una producción industrial sin los recursos y herramientas adecuados, por lo que recurres a tus manos y tus habilidades para poder darle forma y llevarlo a cabo.
Trabajas como una máquina cuando para producir no te permites o permiten escuchar tu cuerpo y sus necesidades. Cuando trabajas limitando a lo imprescindible tu descanso. Cuando no te respetas, y tu crecimiento y desarrollo no están alineados con tus ritmos naturales, sino que están condicionados únicamente por la producción y los resultados. Cuando no valoran o valoras tus esfuerzos, tus fortalezas y tus méritos. Trabajas como una máquina cuando dejas de disfrutar del proceso y pasas a tan solo preocuparte por los resultados y las cifras.
Cuando el proceso de producción en sí pasa a ser un mero trámite para conseguir el resultado final, no es hecho a mano.
Nosotros hemos estado en los tres papeles de la película, y definitivamente nos quedamos con el que hemos escogido para rodar esta que se llama Amerita. Hemos trabajado para otras marcas en las que nos han hecho trabajar como máquinas, y también nos hemos exigido a nosotros mismos trabajar como estas, pero el sufrir las consecuencias fue lo que nos llevó a crear Amerita y a decidir que esta Sí sería una marca Hecha a Mano, que nos permitiese trabajar de forma alineada con nuestro propósito de vida y respetarnos a nosotros mismos como seres humanos.
Que desde fuera aprecien el valor de lo hecho a mano, es otra historia (de la que podemos hablar otro día), pero que tú desde dentro pongas en valor tu forma de producir, es el primer paso para que la persona que compre tus productos conozca a qué está contribuyendo con su aportación. Porque aquello que das te será devuelto, y si contribuyes a que otras personas trabajen en las mejores condiciones y haciendo realidad la vida de sus sueños, eso mismo será lo que recibas a cambio.
¿Te ha gustado el artículo? ¡Compártelo!